viernes, 8 de mayo de 2009

La sala de espera


Uno espera, espera al médico o al dentista, espera al psicólogo, a la depiladora, al peluquero, espera al ineficiente empleado del banco...
Tiempo que se va y uno que justo se olvidó el libro para leer,  y los apuntes que había que estudiar, y ni siquiera la Quién es Quién para pasar el rato por lo menos con algo en la mano, con algo en los ojos, la vista recorriendo otra cosa aparte de las paredes manchadas, las sillas con el tapizado gastado, y los empleados que siempre parece que lo hacen esperar a uno a propósito, y que les gusta que la sala de espera esté llena porque en el fondo así se sienten acompañados, porque su trabajo es muy solitario y en su casa sólo los espera el gato y la tele.


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